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Vida y opiniones del caballero Juan Vergescott

Europa (II)

Pero más que las elecciones europeas lo verdaderamente importante es la Eurocopa. Aquí sí que Europa se encuentra bien representada. Los europeos se interesan por el fenómeno, abarrotan los campos, permanecen pegados a sus televisores y acuden en masa por las mañanas a comprar los diarios deportivos. El índice de natalidad baja (¡aún es posible que baje!) porque los ciudadanos de la Unión (y los de fuera) permanecen atentos a la escucha de las emisoras de radio. Si esto no fuera Europa y fuera otro país que no menciono (me queda pendiente un “México (y III)”, por cierto) se observaría un elevado índice de abstención laboral. De todas formas, los partidos acaban mucho antes de la media noche, así que ni aun con celebraciones tiene mucho sentido no ir al trabajo. Tal vez cuando las grandes resacas ante derrotas sonadas, cataclismos nacionales y nuevas conquistas continentales exijan celebraciones más salvajes.
Desde luego que la Eurocopa representa a Europa. Ahí sí estamos todos, y no los elegidos porque su economía es más boyante o porque su régimen político es más ortodoxo. Y Europa se expande hasta la Siberia desde el Portugal que acoge el evento. El grupo A, por ejemplo, formado por los países del sur, con Grecia, Portugal y España, no ha dudado en aceptar en su seno a Rusia. Ha enfriado al grupo, pero éste no se lo ha tomado a mal, e incluso podrían agradecerlo, dadas las temperaturas actuales del país hermano. En la primera jornada, España sólo quiso meter un gol a los rusos para que no se sintieran rechazados o amenazados. Portugal incluso llegó a permitir su derrota ante Grecia, la que decían cenicienta del grupo, por un 1 a 2, para además dar más emoción al campeonato que acogen sus campos ("tragedia griega", titularon los diarios lusos, y los brasileños dijeron que los portugueses eran extraordinariamente puros: ni fumaban, ni bebían, ni jugaban). Nuestros vecinos se han pasado de hospitalarios; un refrán castellano muy crudo explicaría esto, pero mejor no meneallo. Y el grupo B es lo más ejemplar: la tradicional hostilidad Francia-Inglaterra, con decenas de guerras y tratados traicionados, admiración mutua y recelo, y ahora después de su discrepancia en el seno de la Unión Europea y la O. N. U., resulta que se enfrentan en fair play. Pero después la cosa va por el camino de la historia: cuando el más inglés, Beckham, falla el penalti con el 1 a 0, el francés, de origen emigrante, argelino, aplasta a los de la pérfida Albión con dos goles en el último minuto, el postrero de penalti. ¿Cabe mayor crueldad? Y Zidane y Beckham, como es de rigor en su club, se habían saludado con un beso al comenzar el partido. Beso de Judas, pensaría el inglés, que en su bondad infinita no quiso humillar a los franceses con un segundo gol de pena máxima.
En cambio, en el otro grupo, las dos selecciones, que no pertenecen a la Unión Europea, prefirieron mantenerse en la mayor discreción: empate a 0. Casi parece un resultado electoral de comicios europeos, pero no, era futbolístico. El mismo resultado acaeció entre los italianos y los daneses, ambos miembros de pleno derecho y desde décadas de la Unión. Que Italia no marque un gol no es noticia; ya lo dice una frase: eres más aburrido que un partido de fútbol italiano (es frase mía, pero obedece a la realidad de muchos años viendo fútbol europeo). Pero sin duda los daneses, euroescépticos y poco favorables al euro, tampoco querían crear más problemas en el seno de la UE. Además, la mitad de los daneses juegan en el calcio, así que han de haber olvidado aquello que se llamaba el gol. Pero lo que sí me parece muy mal es lo de Suecia. Por dos razones que pueden afectar muy negativamente a Europa: uno, por meter 5 goles a Bulgaria, quien ya bastante tiene con haber sido obligado el país a esperar varios años más para integrarse a la Unión; y, dos, por decir antes del encuentro que cuantos más goles meten en la portería contraria más veces hacen el amor esa misma noche del partido. Nadie en Europa hubiéramos pensando en ese resultado. Tal vez ellos tampoco, y una de dos: o cumplen de verdad, o bajo el casco vikingo que ostentan les pueden aparecer otros apéndices semejantes al ídem. Me parece más solidario lo de España, que sólo marcó un gol, aunque eso sí, lo celebró mucho. Lo de Suecia es también cruel, como lo de Francia. Claro que Francia tenía la excusa de un año problemático por causa de la guerra y el euro, y mil cosas más, porque Inglaterra se ha puesto complicadita en la Unión Europea que quieren liderar Chirac y Schröder.
Así vamos viendo lo que es Europa y lo diferentes que somos unos pueblos de otros. Esta noche termina la primera ronda con el grupo D. Ahí está el clásico: Alemania contra Holanda. El tema de la guerra, añadido a otros partidos de las últimas décadas, debe animar el encuentro.

3 comentarios

even -

Una de las pocas veces en mi vida que he leído un artículo deportivo sin aburrirme. Gracias...

juan -

petra,
gracias. También así es.
Besos. J.

petra -

Excelente, excelente, pero qué bien dicho Juan. He gozado con tu visión de la Eurocopa...
Cariños. P.