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Vida y opiniones del caballero Juan Vergescott

El mapa de Nueva York

Me he comprado un mapa de Nueva York enorme. Necesito no sólo localizar algunas calles de Manhattan, sino sobre todo del Bronx y Queens, aunque no me sobrarán State Island y Brooklyn. Me he pasado los últimos días sobre este enorme plano. De casi un metro de largo y casi dos de ancho. Casi parece aquel cuento de Borges en el que un rey mandó construir un mapa del tamaño del imperio y en él hubo de recoger cada río, cada montículo, cada objeto…, y también hubo de incluir el mapa… Pero no es así exactamente. Mi Nueva York es grande y recorro con lápices de colores sus calles, pero no es la realidad.
El próximo mayo coordino una mesa redonda en una importante Universidad neoyorquina con cuatro colegas (dos españoles y dos hispanoamericanos) y el tema que propuse era mirar cómo la ciudad de Nueva York se había convertido en la literatura en la capital del mundo, en la meca de las aspiraciones universales y en la síntesis del mestizaje cultural y social del siglo XX. El urbanita del siglo XX encontraba en esta ciudad a sus representantes más conspicuos. En las novelas, otras ciudades, y sobre todo París (salvo en las últimas de Electorat y Volpi), habían quedado desplazadas por la ciudad estadounidense. Es evidente por qué, pero sería interesante ver cómo. La mesa redonda y, lo olvidaba, una conferencia que he de impartir en noviembre, han de tratar de explicarlo. Es una lástima que no todas las ciudades que conozco cuenten con un paisaje literario tan rico, aunque he de reconocer que lo suficientemente poblado de personajes y sueños como para reflexionar sobre los efectos de la ciudad: Buenos Aires, Barcelona, Lima, México, San Juan, París… Las selvas de José Eustasio Rivera, Arturo Uslar Pietri, Horacio Quiroga, Luis Sepúlveda, Mayra Montero o últimamente Carlos Franz, se convertían en cemento y hormigón: la jungla de asfalto.
He recorrido las novelas sobre el South Bronx de Enrique A, Laguerre y Emilio Díaz Valcárcel, y los variados espacios de los cuentos que recopilaron Edmundo Paz Soldán y Alberto Fuguet, así como las aventuras bajo el Manhattan Bridge o en el Upper East Side que recrea Rodrigo Rey Rosa. Pero, de las muchas narraciones que tratan de los inmigrantes instalados en Nueva York, las novelas de Jorge Franco (Paraíso Travel) y Roberto Quesada (Big Banana) son las mejores. Para la primera he utilizado un lapicero azul; para la segunda, rojo. Las andanzas de Marlon en busca de Reina en torno al mandala contemporáneo (me parece) resultan asombrosos en la novela de Jorge Franco: es la transposición actual del mito tradicional, con viaje, búsqueda, monstruo y princesa a rescatar. Todo ello diseñado magistralmente sobre Queens. Después los personajes claudican y degeneran: marchan a Miami, donde concluye una estructura conmovedora. En cambio, Eduardo, en la novela de Roberto Quesada, debe pronto abandonar también Queens para marchar al South Bronx: la economía personal no marcha como se pensaba antes del viaje desde Honduras. No obstante, el punto de Valentine St. se halla próximo a Manhattan, la auténtica meca del inmigrante.
Si uno se sitúa sobre el enorme mapa, parece pasear por esas calles, entrar en un restaurante en el Village, cruzar una y otra vez el East River (¿hoy cruzamos sobre el puente o por el túnel?), para divisar el South Bronx protegido, escrutar los estantes de la librería Macondo cerca de la Octava Avenida, o, desde Grand Concourse, llegar al Poe Park y ver, claro está, la casa donde vivió el creador de El escarabajo de oro y quien imaginó en un reino junto al mar a la hermosa Anabel Lee, tal vez en ese mismo espacio, una noche pensando en su amada Virginia. El color azul no se cruza con el rojo. Tampoco con los otros colores. Las calles y sus personajes: qué sensibles y bellas son las mujeres que recorren esas calles: Reina, Milagros, Mirian, Andrea, Maribel… Ellas caminan con otro garbo: si se mira con atención, mi lápiz de color se muestra trémulo cuando detalla los pasos de estas mujeres.
El mapa de Nueva York parece Nueva York y se va poblando de personajes, encuentros y peleas, enamoramientos y rupturas, esperanzas y decepciones. Nueva York está en mi mesa y lo contemplo como a vista de pájaro y voy de un barrio al otro a velocidad de vértigo. Y también a mi mapa, Laguerre, Díaz Valcárcel, Puig, Benedetti, Arenas, Santiago, Yehya, Santos Febres, Paternostro, Rey Rosa, Franco, Quesada, y tantos más, lo dan vida, y muy cargada de ilusiones de diferentes colores.

6 comentarios

Lucy -

Lucy,
agradezco mucho tus palabras. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices acerca de la novela de Quesada. No, no ha recibido la difusión que hubiera merecido, pero yo espero que el tiempo la vaya haciendo justicia a través de sus lectores. Sin duda, es la novela hispana sobre Nueva York. Lo tiene todo, o casi todo (si no, sería Nueva York).
Saludos. J.

Lucy -

Hola Juan.
Qué bonito artículo.Me encanta que destaques favorablemete la presencia latina en la Capital del Mundo.A mi me fascinó Big Banana de Roberto Quesada, por su humor y también porque sin ser indiferente a los problemas sociales, muestra el lado positivo de los latinos. No todo es queja, llanto, ni maldiciones, existe la esperanza. Es una novela que yo no me canso de recomendar, lástima que creo que no goza de la publicidad que se merece.
Saludes y sigue escribiendo que lo haces muy bien,
Lucy

Juan -

MGallardo,
yo no lo dudo. Hay por ahí cuentos interesantes, pero en la novela es la de Quesada la que supo captar su espíritu y el de los inmigrantes esperanzados que acuden a ella.
Gracias por tus palabras.
Saludos. J.

Gallardo -

Juan.
Hermoso artículo. Esa es Nueva York, aunque, desde luego, ello cause envidia a muchos...Creo que Big Banana de Roberto Quesada es la mejor novela escrita sobre Nueva York por un latinoamericano. Indudablemente.

MGallardo

Juan -

Petra,
sí, a ver si me cruzo con Spiderman. Ya contaré de mis experiencias por allá en algunos capítulos. Pero eso será en mayo. Antes tengo otros viajes también interesantes.
Un beso. J.

petra -

Juan, Nueva York!
Ahora sí quedarás en la categoría de súper-héroe. No hay súper-héroe que no haya visitado Nueva York.
Próximo estreno: "Juan en Nueva York I". Estaremos a la espera.
Un abrazo. P.